RAJOY Y LOS POPULARES: ESTOS MUERTOS NO SON DEMÓCRATAS
Marcos Roitman Rosenmann
El Clarin, 14 de enero de 2007
La asociación de víctimas del terrorismo, el Foro de Ermua y el Partido Popular se excluyen de la manifestación por la paz, la libertad, la vida y contra el terrorismo. Todos sus argumentos son espúreos. El llamado es amplio y lo realiza la comunidad de ecuatorianos en España. Los sindicatos UGT y Comisiones Obreras les secundan y así más de quinientas organizaciones ciudadanas. El Partido Popular pide cambios para sumarse, se conceden, pero aún así no acude.
Los ecuatorianos tras horas de espera en la sede del Partido Popular obtuvieron la callada y más tarde una declaración, declinan asistir porque, según Rajoy, no es contra ETA y no saben bien contra qué se manifiestan. Pero en la manifestación de Madrid el grito contra ETA es un clamor y en el comunicado final se repite al menos en cinco ocasiones. Todos salvo los populares entendieron el llamado: los ecuatorianos en España convocan en solidaridad con las víctimas, por la paz, contra el terrorismo, la libertad y el fin de la violencia, reivindican la palabra. Expresan su dolor ante la tragedia. Quieren aportar, había que acudir y así lo entienden casi un millón de madrileños. No hacerlo era despreciar la voz doliente de los ecuatorianos.
Lo sucedido en la T-4 del Aeropuerto de Barajas para los ecuatorianos supone un punto de inflexión en la manera de percibir España. Y también para los emigrantes de todos los países. Hay pancartas en chino, banderas de todos los países latinoamericanos y por sobretodo una, la de Ecuador. El atentado abre las entrañas de un colectivo reacio a participar en los entresijos de la política. En las entrevistas, a pie de calle, en medio de la manifestación, están perplejos por la negativa del partido popular. No entienden su ausencia. Agradecen a quienes los acompañan, cientos de miles de bien nacidos.
Pero debemos entender a los ecuatorianos con o sin papeles que prefieren no dedicarse a la actividad política y sin embargo hoy han decidido copar las calles de Madrid. Una de las víctimas debería jugar al fútbol en el barrio madrileño de Vallecas y después ir a bailar con sus amigos. Le llamaban el bombero porque era solidario y apagaba fuegos, manera de entender su gran sentido de la amistad. Tenía sueños, quería casarse, comprar un piso y para ello necesita trabajar. Y como cualquier emigrante aceptaba trabajos en condiciones leoninas, era disciplinado. La segunda víctima compartía esos rasgos. Son pocos los ecuatorianos que dedican tiempo a la política y lo hacen para prestar servicios a sus compatriotas en los aspectos jurídicos derivados de la emigración. Permisos de trabajo, residencia etcétera. La sobre-explotación deja poco espacio libre para otras actividades. Además, la emigración es el resultado en gran parte de la corrupción y la degradación de lo político. Ahora buscan sobrevivir dignamente y olvidarse de tanta "politiquería". Sirva como dato que en las últimas elecciones los votantes se decantaron en el voto por al candidato de la derecha Novoa.
Nada duele más que la nocturnidad de un atentado y la muerte inútil. Los ecuatorianos han pensado desean revertir tanta maldad. Cuando los cuerpos de sus compatriotas han sido repatriados quieren transformar el dolor de almas en paz política. Es tiempo para la grandeza y la palabra, otra voz de las más destacadas en la manifestación. Es la forma de mostrar el agradecimiento a quienes durante días buscaron desesperadamente los cuerpos con la esperanza de vida. No lo hacen buscando protagonismo como sí lo hicieron el Alcalde de Madrid del Partido Popular Alberto Ruiz Gallardón, la Presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre y Rajoy; se tomaron la foto y luego desaparecieron. Por el contrario, ellos tienen la idea de convocar una manifestación por la paz y contra el terrorismo.
Esta decisión pone al descubierto la cara mezquina del partido popular. Sin argumentos para no acudir, arremete contra el gobierno, el proceso de negociación, Batasuna, el PSOE, los partidos políticos, periodistas e intelectuales que apoyan la manifestación y por ende todo lo que huela a proceso de paz. Así, los muertos de la Terminal T-4 se transforman en un problema, ya no son útiles, ni suyos, lo son del proceso de negociación. El Partido Popular vuelve a estar feliz y se congratulan del momento. En un acto mas de felonía se inventan una asociación de ecuatorianos disidentes que tiene su sede en los locales de la Comunidad de Madrid y el ayuntamiento de la capital ordena quiten todos los carteles de la convocatoria. Aún así, la manifestación es un éxito, casi un millón de personas demostrando una respuesta mayoritaria de la sociedad civil al llamado y la valentía de la asociación de emigrantes ecuatorianos al lanzar una convocatoria que cuenta con el handicap de una parte de la élite política tocada del ala por el racismo y la xenofobia.
No cabe duda que habrá un antes y un después de la manifestación. Gracias a la generosidad de los ecuatorianos, ha sido posible realizar un llamado a la unidad desde la reflexión. Quienes piden la unidad y el fin de la violencia lo hacen desde la dignidad y el sentido común. Dicho llamado sale del luto. Es una oferta que no puede caer en saco roto. Sólo una derecha cerril puede hacer oídos sordos. Por este motivo la incomparecencia del Partido Popular deja al descubierto que su objetivo era atacar al gobierno no importándole el calado de la convocatoria y mostrando un desprecio hacia la asociación de emigrantes ecuatorianos. Así se retrata a la derecha. Para Rajoy las víctimas de la T-4 pertenecen a otro entierro.
Pero la paz será posible, cientos de miles en las calles lo han demostrado. La lectura sigue siendo en clave política. No puede cerrarse el diálogo, hay que seguir intentándolo y ese fue el grito que mas destacó. Lo que si es seguro es que no es posible dejar todo en manos del ministerio de interior y justicia ni retrotraerse al pacto anti-terrorista la política para el país vasco. Si se ha perdido una oportunidad es necesario abrir otras. Todos tienen responsabilidades. Hay cambios y los actores se mueven, sobre todo en la izquierda abertzale. En el camino de la paz no caben la ruindad ni la traición como los del partido popular y sus satélites los descalifica como bien nacidos. Gracias a los ecuatorianos, la conciencia de los españoles se manifestó contra el terrorismo, la paz, la vida y la libertad, no importando el orden. A buen entendedor pocas palabras.
Marcos Roitman Rosenmann
El Clarin, 14 de enero de 2007
La asociación de víctimas del terrorismo, el Foro de Ermua y el Partido Popular se excluyen de la manifestación por la paz, la libertad, la vida y contra el terrorismo. Todos sus argumentos son espúreos. El llamado es amplio y lo realiza la comunidad de ecuatorianos en España. Los sindicatos UGT y Comisiones Obreras les secundan y así más de quinientas organizaciones ciudadanas. El Partido Popular pide cambios para sumarse, se conceden, pero aún así no acude.
Los ecuatorianos tras horas de espera en la sede del Partido Popular obtuvieron la callada y más tarde una declaración, declinan asistir porque, según Rajoy, no es contra ETA y no saben bien contra qué se manifiestan. Pero en la manifestación de Madrid el grito contra ETA es un clamor y en el comunicado final se repite al menos en cinco ocasiones. Todos salvo los populares entendieron el llamado: los ecuatorianos en España convocan en solidaridad con las víctimas, por la paz, contra el terrorismo, la libertad y el fin de la violencia, reivindican la palabra. Expresan su dolor ante la tragedia. Quieren aportar, había que acudir y así lo entienden casi un millón de madrileños. No hacerlo era despreciar la voz doliente de los ecuatorianos.
Lo sucedido en la T-4 del Aeropuerto de Barajas para los ecuatorianos supone un punto de inflexión en la manera de percibir España. Y también para los emigrantes de todos los países. Hay pancartas en chino, banderas de todos los países latinoamericanos y por sobretodo una, la de Ecuador. El atentado abre las entrañas de un colectivo reacio a participar en los entresijos de la política. En las entrevistas, a pie de calle, en medio de la manifestación, están perplejos por la negativa del partido popular. No entienden su ausencia. Agradecen a quienes los acompañan, cientos de miles de bien nacidos.
Pero debemos entender a los ecuatorianos con o sin papeles que prefieren no dedicarse a la actividad política y sin embargo hoy han decidido copar las calles de Madrid. Una de las víctimas debería jugar al fútbol en el barrio madrileño de Vallecas y después ir a bailar con sus amigos. Le llamaban el bombero porque era solidario y apagaba fuegos, manera de entender su gran sentido de la amistad. Tenía sueños, quería casarse, comprar un piso y para ello necesita trabajar. Y como cualquier emigrante aceptaba trabajos en condiciones leoninas, era disciplinado. La segunda víctima compartía esos rasgos. Son pocos los ecuatorianos que dedican tiempo a la política y lo hacen para prestar servicios a sus compatriotas en los aspectos jurídicos derivados de la emigración. Permisos de trabajo, residencia etcétera. La sobre-explotación deja poco espacio libre para otras actividades. Además, la emigración es el resultado en gran parte de la corrupción y la degradación de lo político. Ahora buscan sobrevivir dignamente y olvidarse de tanta "politiquería". Sirva como dato que en las últimas elecciones los votantes se decantaron en el voto por al candidato de la derecha Novoa.
Nada duele más que la nocturnidad de un atentado y la muerte inútil. Los ecuatorianos han pensado desean revertir tanta maldad. Cuando los cuerpos de sus compatriotas han sido repatriados quieren transformar el dolor de almas en paz política. Es tiempo para la grandeza y la palabra, otra voz de las más destacadas en la manifestación. Es la forma de mostrar el agradecimiento a quienes durante días buscaron desesperadamente los cuerpos con la esperanza de vida. No lo hacen buscando protagonismo como sí lo hicieron el Alcalde de Madrid del Partido Popular Alberto Ruiz Gallardón, la Presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre y Rajoy; se tomaron la foto y luego desaparecieron. Por el contrario, ellos tienen la idea de convocar una manifestación por la paz y contra el terrorismo.
Esta decisión pone al descubierto la cara mezquina del partido popular. Sin argumentos para no acudir, arremete contra el gobierno, el proceso de negociación, Batasuna, el PSOE, los partidos políticos, periodistas e intelectuales que apoyan la manifestación y por ende todo lo que huela a proceso de paz. Así, los muertos de la Terminal T-4 se transforman en un problema, ya no son útiles, ni suyos, lo son del proceso de negociación. El Partido Popular vuelve a estar feliz y se congratulan del momento. En un acto mas de felonía se inventan una asociación de ecuatorianos disidentes que tiene su sede en los locales de la Comunidad de Madrid y el ayuntamiento de la capital ordena quiten todos los carteles de la convocatoria. Aún así, la manifestación es un éxito, casi un millón de personas demostrando una respuesta mayoritaria de la sociedad civil al llamado y la valentía de la asociación de emigrantes ecuatorianos al lanzar una convocatoria que cuenta con el handicap de una parte de la élite política tocada del ala por el racismo y la xenofobia.
No cabe duda que habrá un antes y un después de la manifestación. Gracias a la generosidad de los ecuatorianos, ha sido posible realizar un llamado a la unidad desde la reflexión. Quienes piden la unidad y el fin de la violencia lo hacen desde la dignidad y el sentido común. Dicho llamado sale del luto. Es una oferta que no puede caer en saco roto. Sólo una derecha cerril puede hacer oídos sordos. Por este motivo la incomparecencia del Partido Popular deja al descubierto que su objetivo era atacar al gobierno no importándole el calado de la convocatoria y mostrando un desprecio hacia la asociación de emigrantes ecuatorianos. Así se retrata a la derecha. Para Rajoy las víctimas de la T-4 pertenecen a otro entierro.
Pero la paz será posible, cientos de miles en las calles lo han demostrado. La lectura sigue siendo en clave política. No puede cerrarse el diálogo, hay que seguir intentándolo y ese fue el grito que mas destacó. Lo que si es seguro es que no es posible dejar todo en manos del ministerio de interior y justicia ni retrotraerse al pacto anti-terrorista la política para el país vasco. Si se ha perdido una oportunidad es necesario abrir otras. Todos tienen responsabilidades. Hay cambios y los actores se mueven, sobre todo en la izquierda abertzale. En el camino de la paz no caben la ruindad ni la traición como los del partido popular y sus satélites los descalifica como bien nacidos. Gracias a los ecuatorianos, la conciencia de los españoles se manifestó contra el terrorismo, la paz, la vida y la libertad, no importando el orden. A buen entendedor pocas palabras.